Reflexionar es algo que no hacemos con frecuencia. En nuestro mundo acelerado, muchas veces necesitamos parar para tomar consciencia de lo que hacemos porque es reflejo de lo que somos. Reflexionar es uno de los regalos más grandes que permiten las clases de Religión Católica. Reflexionar no es algo que nuestros alumnos hagan a menudo, no porque no quieran, sino porque en muchas ocasiones no saben. El verano es buen momento para recuperar un hábito que podemos enseñar con paciencia y ejemplo a nuestros alumnos.