El ambiente íntimo, de amor y confianza absoluta que en la cena del Jueves Santo habían vivido Jesús y los suyos se trunca de golpe con un beso. Un beso, la expresión de cercanía y amor se pervierte y se convierte en traición. Con nocturnidad, con saña, para evitar que todos aquellos que se sintieron tocados por el amor de Jesús se levantaran, las autoridades de su tiempo, orquestan unos juicios rápidos para quitarse de en medio a Jesús.