La lógica de Dios no es la nuestra en muchas ocasiones, o quizá deberíamos decir que es la más nuestra, la que abandonamos cuando nos deshumanizamos. La lógica de Dios nos descuadra y nos descoloca, y hace que volvamos a ver que lo más humano es lo más divino. Así se entiende el verdadero sentido de la Navidad. En esta oración os dejamos el regalo de aprender algo más de la lógica de Dios.
Lógica de Dios
Donde acaba la ciudad
y empieza el miedo,
donde terminan los caminos
y empiezan las preguntas,
cerca de los pastores
y lejos de los dueños,
en el calor de María
y en el frío del invierno,
viniendo de la eternidad
y gestándose en el tiempo,
salvación poderosa para todos
en una fragilidad recién nacida,
liberador de todos los yugos
atado a un edicto del imperio,
rebajado hasta un pesebre de animales
el que a todos nos sube hasta los cielos,
nació el Hijo del Padre,
Jesús, el hijo de María.
Solo abajo está el Señor del mundo
que nosotros soñamos en lo alto.
Aquí se ve la grandeza de Dios
contemplando la humildad de este pequeño.
Aquí está la lógica de Dios
rompiendo el discurso de los sabios.
Aquí ya está toda la salvación de Dios,
que llenará todos los pueblos y los siglos.
Jesús M. Gallardo Nieto
Profesor de Religión Católica
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