La lógica de Dios no es la nuestra en muchas ocasiones, o quizá deberíamos decir que es la más nuestra, la que abandonamos cuando nos deshumanizamos. La lógica de Dios nos descuadra y nos descoloca, y hace que volvamos a ver que lo más humano es lo más divino. Así se entiende el verdadero sentido de la Navidad. En esta oración os dejamos el regalo de aprender algo más de la lógica de Dios.