Humanizar el trabajo es algo que no debería ser solo una obligación para los cristianos, sino para todos los seres humanos. Sin embargo a veces olvidamos que el trabajo no es solamente una fuente de ingresos para mejorar nuestra situación económica, sino que es fuente de dignidad, de autoestima y posibilita que las personas puedan desarrollarse en plenitud.
En esta entrada vamos a analizar el trabajo desde este punto de vista, para acercarnos a la propuesta de la Iglesia.