Abundancia. Menuda palabra. Y además en este tiempo en el que parece que lo que hay es más carencia que abundancia, tiene un eco más fuerte.
La abundancia nos habla de todo lo contrario de la escasez. Abundancia es lo que determina la naturaleza y cuando hay abundancia, hay generosidad.
Observar detenidamente la abundancia de la naturaleza, cómo se da generosamente, observar un río fluir, dando vida a su paso, estimula nuestra propia generosidad.
Ser generosos es una actitud que brota de un corazón que es abundante, que practica la abundancia de amar y darse. Y... como en la naturaleza, cosa curiosa que tiene la abundancia es que cuanto más te das, más lleno te sientes. Lo estamos viendo en tantas personas que se entregan sin fatiga a los demás, que sacan de su propia abundancia, una guardia más, un rato de limpieza más, unas horas más reponiendo para que no nos falte de nada a los que nos quedamos en casa... Merece la pena un ratito de oración para ahondar en la abundancia.