Llega el final del curso, ese momento en el que los profesores de Religión Católica hacemos balance, recogemos los frutos del trabajo y miramos hacia el horizonte con esperanza. Este es un tiempo para reflexionar sobre nuestra vocación, esa llamada profunda a ser luz para nuestros alumnos y sembradores de valores cristianos en un mundo que tanto los necesita. Inspirados en la sinodalidad que nos propone el papa Francisco y en la fuerza del Jubileo 2025, os invitamos a cerrar el curso con el corazón lleno de gratitud y la mirada puesta en la misión educativa que nos une. ¡Hemos caminado juntos un año más, y ahora toca renovar energías para seguir transformando vidas! El verano está a la vuelta de la esquina, pero antes, párate un momento y reflexiona con nosotros sobre lo que significa ser profesor de Religión.